¿Por qué estamos?

La pregunta es más bien “¿Por qué surge?”. El 23 de abril del 2024 tuve la dura decisión de tener que dormir a mi gatito negro, un compañero de vida que estuvo 10 años a mi lado, 10 años llenos de ronroneos, pelitos y mucho amor.
Desde que era muy pequeño, él tuvo diferentes problemas de salud muy aislados, a lo que un veterinario me dijo: no estaría mal hacerle unos cuantos estudios para descartar cualquier posible enfermedad. En aquel entonces, yo dependía económicamente de un familiar, quien no me permitió la posibilidad de costear todo aquello.Cuando recién pude hacerme cargo de su cuidado veterinario, empecé el proceso de estudios y chequeos, pero lamentablemente ya era tarde, sus riñoncitos estaban dejando de funcionar entre otros síntomas. Mi bebe peludo nació con una falla cardiaca que, atendida a tiempo, le podría haber dado una vida más larga y con todos sus cuidados.No me excuso, se la complejidad de adoptar, pero un animal que es el último de la camada y nadie lo quiere por ser negrito, feo y con dificultades, es “un regalo” fácil a quien ama a los animales. Y al rescatar, muchas veces no vemos las consecuencias de la responsabilidad que ponemos en nuestras manos.En una situación económica difícil, sabiendo que muchas veces rescatamos para sacar de la calle a angelitos peludos o que hay momentos en que nos encontramos sin dinero cuando se presenta una urgencia, es que surge este proyecto.Surge de no querer que se vuelva a repetir la historia de mi patita negra.